La clase de ayer fue muy extraña.
El calor nunca ayuda.
Enterarme que no sabía la hora de entrada, tampoco ayuda.
Pero muchas cosas ayudaron, no crean que no.
Salí con una depresión rara, mitad tristeza y mitad esperanza. Tristeza porque creo que de haber visitado esta materia en 4to semestre sé que mi recorrido por la facultad y sus paredes de hospital hubiese sido muy diferente. Pero no, estoy aprendiendo nuevas maneras de ver las cosas ahorita, en mi último semestre, si bien creo no haber sacado el suficiente provecho a los 7 semestres aquí, creo que todo esto está llegando en un momento crucial, en mi vida, y en mi carrera. Me da esperanza saber que dentro de poco estaré buscando un camino en el mundo (no solo físicamente) para existir, para estudiar más, para recuperar y buscar nuevas oportunidades, miedo me da, obviamente, pero es ese miedo esperanzador que sé alguno de ustedes ha sentido.
Como el cambio de piel de una culebra, algo así me pasa, en el sentido metafórico claramente.
Ahora quiero dibujar más, quiero diseñar más, quiero enamorarme de Ilustrator para hacer cosas divertidas con él, quiero que la pereza mental que poco a poco obstruyó mis ganas se vaya de una vez por todas.
Mi mamá dice que no puedo hacer más cosas de las que hago, que no puedo dejar de dormir, que la gastritis, que las rodillas, pero no puedo hacerle caso omiso a estas ganas de ser productiva, no de nuevo.
Lo que resta de este día y de mañana me sentaré a buscar detenidamente cada nombre que anoté la clase pasada, me sentaré a analizar mis anotaciones, para poder darles unas cuantas entradas más. Ahora, tan solo les digo que... no se aún que decir.
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