domingo, 6 de mayo de 2012

los odios gratuitos

Esta es mi primera entrada oficial en el blog, tras mi primera clase en la materia.
Aparecí en el salón de clases una semana después, había inscrito una optativa diferente y decidí cambiarme, con un poco de temor, lo admito, no he tenido las mejores experiencias en el campo digital y mucho menos en ese salón, ese salón de lleno de computadoras poco eficientes y un calor extenuante donde recibí escasos conocimientos sobre el uso de los programas básicos y esenciales en mi carrera (diseño gráfico).
A pesar de todo los malos recuerdos me armé de valor y me dije: tal vez esta sea una nueva oportunidad para reconciliarme con las computadoras poco eficientes y el salón caluroso, espero así lo sea.

Creo que el texto de Vargas en la Historia lo leí en el momento oportuno, justo después de ver el vídeo del cuál todos están comentando, ayer fue un día curioso, y sentí un patriotismo y un amor a Venezuela que pensé había perdido hace algunos años, cuando los pensamientos positivos para el país se vieron una y otra vez defraudados.
Caracas, ciudad de despedida me pareció una muestra muy entretenida (no paré de reír los 17min) y al mismo tiempo trágica de la realidad venezolana, sé que no son ellos los únicos jóvenes que piensan de esa manera, y me da temor pensar en el futuro de este país.

Vargas por otro lado me da una cachetada y me dice lo importante que es luchar por un objetivo, una lucha de mentes más no de armas. Ese texto debería ser leído por cada una de las personas en este país, sobre todo a los niños del Este del Este.
No es una cuestión de política, es una cuestión de moral, de saber, de educar, un país avanza con conocimientos, no con guerra, no con odios, y el problema radica en que durante años y años este país ha sido dirigido por personas sin nada de esto, por personas con ganas de poder, ganas de matar y se mejores entre los mejores, ser más ricos que cualquiera.
Este país vive un mal estructurado cuadro social, este país vive una pereza mental, este país vive una depresión increíble, este es el país que conozco desde que tengo uso de razón. Este país donde miles de personas admiran a un solo líder, no a sus valores morales (si tiene algunos), no a sus principios sociales, lo admiran, lo aman a él y solo a él, y él tiene guerra y odio en la cabeza.

Yo me iría demasiado, me iría a estudiar lo que aquí no puedo estudiar, me iría a conocer a las personas que  aquí no voy a conocer, me iría a ver los lugares que aquí no llegaría a ver, me iría porque quiero conocer cosas nuevas porque quiero aprender y crecer, pero quiero volver, esta es mi casa, este es mi hogar, y en ningún lugar me sentiré como me siento aquí.
He vivido una realidad diferente a la de los chicos del vídeo, no creo que ellos vean a su mama sufriendo por estirar y rendir un sueldo de profesora mal pagada para comprar un mercado, no han tenido que sacar agua de sus casas porque las lluvias inundan y sobrepasan el nivel de las alcantarillas. Es evidente que nuestras realidades son completamente diferentes por lo tanto, las razones para irse demasiado son diferentes.

El texto de Vargas es una lección completamente a.temporal, una lección de trabajo, de voluntad, de patriotismo y de amor por tu hogar. Está escrito ciertamente para herir nuestras conciencias, para hacernos reflexionar.

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